José María Korta Lazarte, Hno. Jesuita

  

Trabajo realizado, en el Año 2011 por Euclides Martinez

De origen Vasco, nació, en 1929. En tiempo que la república española, estaba viviendo mucha conflictividad políticas, época de república, de monarquía, en san Sebastián capital de la provincia de Guipúzcoa.

El país Vasco es uno de los pueblos más antiguos de Europa, incluyendo su idioma que todavía no se ha encontrado parentesco con algún idioma europeo, lo que significa que el vasco puede ser indios de Europa.

El país Vasco se encuentra en la parte norte de España en la provincia de Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya, Álava y en el sur de Francia.

Su ingreso a la compañía de Jesús, es producto de la formación cristiana de la familia, pero no si ante preparase en su formación académica y egresa como maestro industrial de electricidad. La cual le va servir para sus formaciones religiosas, y en su servicio como hambre activo desde la compañía de Jesús como hermano jesuita.

Hace su formación religiosa, pasando por el noviciado en la compañía, pero Korta siempre con el interés sobre el mundo indígena, es influencia también por la práctica de las reducciones del Paraguay experiencia que llevaba la compañía de Jesús en este continente latinoamericano.

Esto genero en Korta su semilla misionera, en el año 1.953 termina su noviciado, es enviado a una escuela técnica en Barcelona, durante 9 años. Eso le permite proseguir su estudio como ingeniero eléctrico.

Después de ese periodo lo manda a América, a una escuela técnica en la republica Dominicana, la cual no se concreta, si no que al final por recomendación de un amigo jesuita, le cambia el destino a Venezuela específicamente a trabajar al colegio “parroquial Jesús obrero” en Catia, Caracas en el año 1962.

Ya en Venezuela, se sigue entusiasmando por la realidad indígenas, sus primeras inquietudes era preguntar en que parte del país, se encontraban los pueblos indígenas.

Se informa del trabajo, que otros hermanos religiosos hacían, como la experiencia de los capuchinos.

Este entusiasmo lo lleva ponerse en contacto con líderes del pueblo Yekuana – Maquiritare, Isaías Rodríguez, es a partir de ahí que se pudo ir concretando un proyecto con este pueblo indígena.

1.972. Hace la primera visita y contactos en la comunidad Alto Ventuari del Pueblo Yekuana, e inicia la primera unidad indígena de producción, para en el 1.973 ya deja el “Jesús obrero” y se dedica por completo a este proyecto indígena.

Este ideal buscaba el fortalecimiento de la cultura, es decir el buen vivir de la comunidad.
A mi me ayudo la formación técnica “Era cargar mucho el desarrollismo, el Desarrollo, el nuevo nombre de la paz” J.M Korta S.j

La ilusión era ir allí a acompañar, “ese proceso no se aprende más que viviendo” lo que le permitió a “Ajishama” (garza blanco) como lo llaman los Yekuana, dedicar unos 19 años de su vida a desarrollar esta experiencia productiva dentro del mundo indígena.

Se genera un entusiasmo en los pueblos indígenas, estos proyectos tuvieron existo, lo cual demostró que los pueblos indígenas podía ser una sociedad productiva.

Luego de este tiempo de dedicación el hno. Korta, deja la experiencia, e inicia un periodo de discernimiento ignaciano, que lo hace renace con nuevas ideas.

Es así como nace ECOMUNIDAD, una experiencia donde jóvenes dedicaban, durante un año de discernimiento ignaciano, a búsqueda interna del ser.

La invitación era “un encuentro consigo mismo para un trabajo social”.

A par de esta práctica nace Causa Amerindia kiwsi, experiencia de reflexión para la autoafirmación de la cultura de los pueblos indígenas.

Se pudiera decir que esto es la raíz más cercana de los que es hoy la Universidad indígena de Venezuela (UNIV) ubicada en Caño Tauca, municipio Cedeño del edo. Bolívar y con núcleos en construcción en territorio Guarao, en la Guajira y Pume o Yaruro en la comunidad de Reisito del municipio Rómulo Gallego del estado Apure.

Hoy “Ajishama”, a sus 82 años de nacimiento, y 58 de ser hno. Jesuita, se encuentra en el Alto Apure, emprendiendo nuevas ideas, para darle sentido a su vida de Fe profunda, en ese Jesús con rostro humano, en definitiva rostro indio.