Hay
un camino que nos lleva a la plenitud en la vida. Uno al servicio de los demás,
en la construcción de un mundo más justo. Esa fue la ruta que tomó José María
Korta Lasarte. Más que vasco, que jesuita, un ser humano al servicio de otros.
No de cualquiera. Consagró su paso por este mundo a entender y respetar a los
pueblos originarios de nuestra patria. Sin pretensiones, sin simulacros,
recatos o imposición. Se dedicó a construir desde el reconocimiento, el respeto
y el diálogo con esa cultura, y de esta misma forma se le retribuyó con el
respeto sublime que sólo puede entregar un pueblo culto como pocos en su propia
cosmogonía trascendental.
El
“Hermano Korta”, así conocido entre sus allegados, hizo aportes fundamentales,
sobre todo voluntad y entrega, para construir un espacio maravilloso en el
corazón de un territorio y varios pueblos: la Universidad Indígena de
Venezuela. Utopía reconocida por la sensibilidad de un gigante: El Comandante
Supremo Hugo Chávez, quien la consagró ante el país como un espacio para el
saber, para el desarrollo de un conocimiento distinto y asociado a la raíz más
profunda de nuestra patria. Esta universidad, que busca rescatar la tradición
que tienen todos nuestros pueblos indígenas, reconoce su relación con el
territorio, la energía y la esperanza vibrante de la naturaleza; fue su morada
de los últimos años. Su acción pertinaz e impertérrita, nos enseña de alguna
forma que, más que incorporar a nuestros pueblos originarios a la lógica y
“civilización”, debemos procurar los espacios reflexivos desde los cuales
nuestros hermanos y hermanas, primeros moradores de nuestra tierra, semilla de
nuestra patria, logren reencontrarse con todo aquello que los define y
determina como hombres y mujeres capaces de comparecer ante la vida con la
férrea dignidad de quien asume su camino. También nos enseñó que la
descolonización es un aprendizaje práctico y constante, que nos interpela
cotidianamente cuando nos relacionamos con el mundo.
Korta
deja un legado de entrega hacia el prójimo, una senda de sacrificio que se
comparece a lo mejor de la vida de Jesús. En su vocación de entender las
necesidades del pobre se rescata buena parte del apostolado cristiano que
abrazo en la forma más pura, la más transparente. Desde ese sitio también
asumió una impronta innegable de comprensión por la necesidad de los más
desvalidos.
La
partida de José María Korta Lasarte nos compromete como pueblo, como Gobierno
Revolucionario, a asumir de forma integral, humana y diáfana, nuestra relación
con los pueblos originarios, a profundizar el camino que abrió el Comandante
Hugo Chávez. Reconocer los derechos, la sabiduría y la sensibilidad latente que
proviene de lo más profundo de nuestra historia. Ser humildes para entender la
profunda inteligencia que late en el corazón mismo de nuestra génesis. Rindamos
un tributo a la vida de un gran hombre que echó su suerte a andar con los
pobres originarios de nuestra tierra, parafraseando al poeta. ¡Honor y gloria!
Independencia
y Patria Socialista
¡Viviremos
y Venceremos!
Jorge
Arreaza
Vicepresidente
Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela
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